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Mariran Del Carmen Daza
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LEYENDA
“ EL LUGAR DONDE DESAPARECIO LA SERPIENTE “
Autora:
Mariran Del Carmen Daza R.
“La búsqueda de los Arqueólogos, por lograr realizar una buena
investigación, que aporten datos verídicos para esta principal Deidad de
nuestros pueblos prehispánicos en su desaparición por el Sureste Mexicano; en
la mayoría de los casos ha sido frustrante y retornan con mucho pesar a las
Leyendas existentes para poder explicar los vacios históricos. Ésta es una
más de esas Leyenda; pero ¿quién
podría asegurarlo?, tal vez esta sea su
VERDADERA HISTORIA”
M.C.D.R.
Y se dice, se
refiere,
que con esto disgustó a los hechiceros,
de manera que éstos empezaron a escarnecerlo,
a burlarse de él.
Decían los hechiceros
que querían afligir a Quetzalcóatl,
para que éste al fin se fuera,
como en verdad sucedió.
que con esto disgustó a los hechiceros,
de manera que éstos empezaron a escarnecerlo,
a burlarse de él.
Decían los hechiceros
que querían afligir a Quetzalcóatl,
para que éste al fin se fuera,
como en verdad sucedió.
UNO
La aventura había iniciado .Viendo frente a nosotros emerger de pronto
estelas semejantes a delgadas
serpientes que ascendían y descendían contenidas dentro de una pantalla formada
sobre el espejo de agua del Rio Coatzacoalcos, con colores que iban del amarillo al rojo y del rojo al anaranjado conjuntándose todos a la vez, nos encontrábamos atónitos,
alucinados, inmersos, sintiendo un sabor amargo en la boca; sin poder sentir el
efecto de recuperación a la realidad. Acompañado con un fuerte dolor estomacal
que sugería apremiantemente aliviar este
malestar.
Eso era lo que veíamos, era real e
inexplicable, aumentaba una más a las
dimensiones conocidas.
El lapso
nos pareció transcurrir muy extenso, pero más tarde comprobamos con asombro que
solo habían durado 26 segundos; los más largos de mi vida.
Sudorosos y
extenuados nos sentamos a reflexionar lo que habíamos contemplado: Nuestras
observaciones fueron: Que cerca de las 5:00 p.m. se formó sin aviso alguno una
cortina semitransparente, translucida y diáfana de aproximadamente 5 metros
de base encima del agua y aproximadamente 3 metros de altura, sin espesor aparente
encerrando en ella algo así como el contenido que tiene una lámpara de Plasma:
qué de su centro fue creciendo de pequeño a mediano un rombo de lados desiguales, de un negro
intenso, del cual emergió una voluta de humo casi imperceptible que desapareció en el acto.
Todavía sin salir del asombro hice mis
anotaciones muy precipitadamente y los
comparé con los datos que tenía en mi libreta; Según estos este era el sitio donde convergían dos
líneas, una de las cuales, era el trazo final
de la elevación topográfica, que se apreciaba en la parte alta. Y que
de ella se formó en un instante
surgiendo de la nada una especie de portal, entrada o abertura.
Estábamos siendo testigos del retorno del Dios
Prehispánico Quetzalcóatl que tuvo que huir de sus perseguidores y desaparecer
aquí, en este lugar para regresar con
los suyos, con la divinidad. El misterio se estaba desvelando y el milagro
estaba otra vez sucediendo.
Debe de contener algo mágico esta región su
encanto se percibe en la conciencia.
Nuestros antecesores lo sabían desde
siempre; por eso este río fue bautizado con el
nombre de “Coatzacoalcos” (del
náhuatl: Coat,
tzacoalli, 'culebra o serpiente, escondite o donde se esconde la
serpiente).
DOS
Lo
escuchado hace más de un año, entre dos señoras grandes que hablaban en
susurro, como que no quiere la cosa, “para que no lo escuche nadie más”. Estaba
por ser demostrado.
En esa fecha durante una visita a la comunidad
de “Las Lomas” en el municipio de Minatitlán, para repartir despensas y comida;
debido a que esta comunidad sufrió de una severa inundación, me encontraba
acompañando a unos voluntarios que en forma espontanea y sin obligación
prestaron el auxilio a estas personas. A bordo de una lancha de fibra de
vidrio, como transporte se repartían
despensas; la ventaja que tiene esta embarcación es el de llegar más lejos y más rápido a
lugares apartados, perdidos y aislados, que se encuentren en las
márgenes de cualquier afluente. Fue en uno de estos lugares donde me
tocó averiguar si había personas para
entregarles la ayuda.
La casita
que vi estaba construida de otates con techo de palmas y piso de tierra,
recubiertas a manera de aplanados en las paredes con barro, algunas partes pintadas de blanco
anunciaban a un partido político, se
sentía como un fuerte olor a orín, comprendiendo en seguida que me
encontraba cerca de un potrero, en el
aire se percibía un humo, como cuando se está cocinando con
leña. Adentro dos personas hablaban, eran mujeres, una más anciana que
la otra.
-Pinche susto, que me pasé- Dijo
una de ellas
-
Ayer fue el día en que llegó el Señor de arriba como todos los años, comadrita
y yo que no lo creía- . Continuó diciendo.
- Te
dije que vendría- Contestó la segunda y la más anciana.
-
Viene a ver que todo esté bien…. Y a veces se enoja con nosotros…… como ahora
que nos mandó una inundación, para que aprendamos a respetarlo- Siguió
hablando, en un tono bajo pero amenazador.
- Esas luces son
como un anuncio, de su persona y no permite que otro Dios quiera dominar a su
gente, por eso el castigo, así lo tenemos que entender, comadrita. Prosiguió su
plática ya en una forma resignada.
De improviso se hizo un profundo silencio, entre estas dos damas, su
charla había terminado abruptamente, como si se hubieran percatado de la
presencia de otra persona. No las veía pero imaginé lo que hacían, trataban de
indagar quien andaba por ahí. Me sentí mal al huir como un fugitivo y me olvidé
de entregarle sus víveres.
TRES
Recuerdo muy bien que el 18 de Junio del 2006, asistí a este lugar
como invitado a un evento para la demostración de lo que se
suponía era una ciudad Serpiente-Jaguar que fue habitada por un asentamiento
Olmeca, en una superficie de 500 Ha,
sustentándolo en una ilustración realizada de un censo hecho por el INEGI. Afirmando que unos montículos
existentes eran los órganos masculinos y femeninos del supuesto felino. No me
gustó para nada sus conjeturas. Tenía la sospecha y mi intuición me decía que
esos macizos de tierra fueron realizados para guardar y verificar un cálculo aritmético, que se pudieran cotejar en cualquier momento
para saber el punto exacto de un núcleo.
La
Leyenda podría ser cierta: “por aquí
desapareció Quetzalcóatl”.
Al
principio fue por curiosidad, pero después me puse a indagar y a investigar muy
en serio todo el material del que
pudiera disponer para descubrir el porqué de esas protuberancias.
Basta con subir a la colina para darse cuenta de que se trata de
“Mojoneras” señales que sirven de guías
y que al mismo tiempo cumplen la función de eje de algún polígono,
también actúan como punto de observación y más aun en fechas celebres celebrar
ceremonias. Los restos de cerámica hallados en sus alrededores hacen pensar que
solo se utilizaban en días especiales. Sin embargo haciendo
preguntas por aquí y por allá llegué a saber que de vez en cuando individuos no
conocidos por la población visitan la zona y consagran ceremonias en la noche.
Más profundamente al preguntar me enteré que pudieran ser de alguna “casta elegida” que descienden de
sacerdotes que continúan con la tradición o tal vez sean GUARDIANES de un secreto.
“La población calla y disimula muy bien los
arribos.”
Como fruto
a este esfuerzo de investigación obtuve los siguientes resultados: La colina
pequeña que tiene forma de chichón en una cabeza, está formada con relleno de
algún banco
cercano en capas de 20 cms., a falta de piedra, ocuparon
material de la zona; está compactada con pisones de madera dura. Obteniendo una resistencia
considerable .En la cúspide debió de haber existido un poste vertical que se
levantaba sobre una base circular para orientación y registro de datos del sol,
la luna y el planeta Venus. Es sobre este poste donde se colocaba un madero
horizontal para trazar una línea inclinada que proyectaba una recta con
intersección sobre el Río. Pero ¿Por qué? Y ¿Para qué?
“Si se tomase la medida del nivel
de terreno al nacimiento del sol, cuando este ha permitido a la lluvia finalizar
su labor de bañar al suelo, esta será la primera medida del primer palo.
Seguidamente medida su sombra, se
colocara adelante con esta magnitud otro
con dos palmos menos. Al hacer corresponder la inicial con la segunda,
quedara revelada la interrogante”
Como último dato conseguido, marqué la
ubicación de una playita próxima a
ese lugar franqueada por 2 árboles
mulatos y 4 cedros altos.
“Al
observar dos piedras blancas ajenas al paisaje en el andar, es que se está en el camino correcto”
CUATRO
Tuvieron que ocurrir estos acontecimientos para desempolvar la libreta
de los estudios realizados, abandonados por diversas circunstancias para volver
a revivir estos descubrimientos.
No
había duda; juntando los datos y la
fecha, todo hacía suponer que en verdad ocurrió un acontecimiento relevante
ahí. ¿Y qué hecho sobresaliente ha perdurado por mucho tiempo en este lugar? La desaparición y retorno de la “Serpiente
emplumada”.
En el año 1-Caña murió Quetzalcóatl.
Se dice en verdad que se fue a morir allá,
a la Tierra del Color Negro y Rojo".
En esa misteriosa Tierra del Color Negro y Rojo, situada hacia el Oriente, por el rumbo de las costas del golfo de México, desapareció Quetzalcóatl
Se dice en verdad que se fue a morir allá,
a la Tierra del Color Negro y Rojo".
En esa misteriosa Tierra del Color Negro y Rojo, situada hacia el Oriente, por el rumbo de las costas del golfo de México, desapareció Quetzalcóatl
CINCO
Con la ayuda de un amigo, que
presumía de haber pertenecido a los “boy scout”, emprendimos la marcha, tengo
que decir que me costó una buena labor de convencimiento y prometerle un video
sensacional para su sitio de internet en “You Tube” que aumentaría notablemente sus
visitas y suscripciones a dicha página, pues habían mermado en poco tiempo por
escases de filmaciones. El era un “Youtubero”
de profesión.
Conseguimos prestadas las mochilas, un poco viejas y parchadas pero
aceptables. En ellas guardamos: agua, una brújula “disque” para orientarnos,
comida, algunas herramientas, dos sleeping, una tienda de campaña y algunas
cositas más; y para documentar la
evidencia ocuparíamos una cámara Sony.
Llegamos a media mañana a” Las Lomas de Tacojalpan”. Donde la
primera impresión que da es la de un
lugar tranquilo donde no pasa nada; de
población en crecimiento ha modificado notablemente su urbanización original; está muy bien
comunicada con la cabecera municipal de Minatitlán; por tierra y por agua,
resulta sin muchas complicaciones el traslado, su gente es muy amable y atenta,
pero esto se revierte al acercarse la actividad electoral, hay mujeres de “muy
buen ver” y se adivina su inclinación a la fe católica más sin embargo otras
congregaciones antagonistas están anotando buenos puntos en el campo de batalla
para monopolizar la religión.
Siguiendo un itinerario hecho unos días antes nos adentramos hacia la orilla marcada en el croquis, parecía fácil, revisamos, datos,
apuntes y orientaciones. Calculamos que en dos horas tardaríamos en llegar, ¿que
podía fallar? Pero a la una y media de la tarde estábamos perdidos,
desorientados, desanimados y con muchas ganas de regresar.
Providencialmente cuando la decisión tenía
que tomarse de regresar o seguir, avistamos
a una persona que caminaba hacia nosotros. Se nos hizo difícil de
clasificar en cuanto a que oficio desempeñaba: Gorra de beisbol, camiseta de un equipo de futbol, tal vez del Guadalajara, pantalón de mezclilla,
zapatos -tenis desgastados en la punta,
en el cinturón lucia un teléfono celular
de muy remota adquisición; conformaban su atuendo, de poca altura
tirándole a “chaparro” realzaba una barriga prominente en forma de balón
deduciendo fácilmente su enemistad con el deporte y su hermandad con el consumo de bebidas “espirituosas”. La
única pista segura de su ocupación la dio un machete que colgaba en su espalda.
Nos
saludó a su manera.
-¡Quiubole cumpas!, que están haciendo. ¿Son de ‘Salubrida ‘ ?
Negamos con la cabeza y respondimos, casi al mismo tiempo.
-Vamos a la playita, que se
formó en el río, pero no sabemos por dónde ir ¿Cuánto nos cobraría por llevarnos?
-¡Uta!
Exclamó sorprendido.
Nos mandó una mirada inquisidora, primero a
uno y luego al otro, tratando de penetrar en nuestras mentes y adivinar
nuestras verdaderas intensiones.
Terminado el escrutinio, dijo con voz clara.
-Voy a la milpa, pero mi chamaco
los puede llevar.
Diciendo y señalando a un niño de casi 10 años
vestido con camisa y pantalón escolar, sin zapatos, De mirada huidiza y corte de pelo idéntico al
de un monje, como si se lo hubiesen hecho con una jícara. Hizo su aparición de repente. A lo mejor
salió del monte o de algún otro lado.
Dudando, pregunté:
-Este. ¿Y cuánto va a hacer?
-Por la ida $ 50.00 y $100.00
para la coperacha de la construcción del camino. Respondió solemnemente:
Tímidamente lo cuestioné, al no
notar nada que evidenciara la obra:
-Pero, ¿Cuál camino?
-Es acuerdo de asamblea del
Comisariado Ejidal.
Alzó la voz y finalizó sonriendo
maliciosamente.
-“Un business
es un business”, ocurre de igual manera aquí que en cualquier parte del mundo.
Pagamos
por adelantado y continuamos
nuestra marcha.
SEIS
El último tramo lo recorrimos en
silencio, meditabundos, matando muchos zancudos y observando la vegetación, el
calor empezaba a ser sofocante. En cuatro ocasiones le preguntamos al niño que
cuanto faltaba. Y él solo decía.
-Ya falta poquito. Estirando el
brazo derecho hacia adelante como señalando algo.
El poquito todavía tardó dos
horas, pero llegamos al fin y registramos el
tiempo en ese momento las 4:12
p.m.
Sonrientes y presurosos bajamos
por unos escalones pequeños hechos a propósito en una rampa hasta llegar a la
arena y tocamos el agua del río con
ambas manos, nos sentíamos felices como niños en la feria.
En eso mi amigo me preguntó:
-¿Y el muchachito?
Le contesté:
-¿Quién sabe? A lo mejor se fue
a su casa.
No se veía a nadie en este lugar,
en la orilla crecían unas matas de chiles silvestres, el agua del río estaba en
calma, con poca corriente, conduciendo
en su interior lodo, no había viento; el sol estaba fuerte y faltaba mucho para el ocaso.
Desanima el estado actual
del ambiente natural de lo que un
día fue
un paraíso. Había grandes árboles de caoba, cedro rojo, ceiba, guayacán,
chaca, bejuco, mangle. En su fauna se podía ver: Jabalí, tigrillo, faisán, guacamaya,
tucán, jaguar, nutria, monos.
Asimilando un humor negro
propietarios de ranchos han colocado títulos a sus propiedades, con nombres de lo que han destruido:”
el edén”, “La selva”, “el Oasis”, “El bosque”.
Repentinamente escuchamos un ruido amortiguado, como un
rumor de cascabeles y el rumor se
convirtieron bien pronto en unos tintineos claros y continuos.
Sucedió lo que esperábamos en forma
inesperada.
SIETE
Recuperándonos poco a poco de la conmoción, nos hicimos muchas preguntas
sin respuesta, adoptando una actitud seria y de desafío, decidimos examinar
todo para encontrar pruebas. ¿Qué es lo
que surgió y que fue “eso” que vimos?
Localizamos pocas cosas para
explicar lo inexplicable, unas manchas de petróleo; a lo mejor con la
refracción de la luz del sol. Agua pantanosa que despedía olores a azufre, tal
vez respiramos demasiado esta sustancia, el cansancio, la falta de alimento,
etc. Ninguna convincente.
Las horas pasaron sin sentir y
la falta de luz nos avisó que la noche estaba iniciando, nos preparamos para
acampar y cenar.
OCHO
Desde este lugar el cielo
nocturno se vuelve mapa de observación, ubicamos fácilmente las constelaciones de Orión, La
Osa mayor, La Osa menor, Tauro. Una estrella destaca en importancia, tiene un
brillo imponente y sobresale de las demás; es el planeta VENUS, irradia más luz que lo habitual.
Atareados en armar el
campamento, mi amigo cuenta las últimas novedades de la web:
-Parece que antes que termine el
año llega el nueva iPad de la Mac, esta
súper.
Continúa hablando.
-También esta fenomenal un
iPhone 4S que trae ………………………………
Giro la cabeza en dirección a él
para saber la razón de su frase inconclusa.
Cuando súbitamente un resplandor
amarillento, casi imperceptible emerge del agua, bombardeando miles de
átomos con muchas tonalidades.
Quedo
paralizado; un frio punzante, penetrante estremece mi cuerpo. Tengo miedo,
mucho miedo; se escucha el sonido de alguien que sopla por un caracol y otro al
golpear una caja de madera. Mi mente se niega a pensar, mis brazos y piernas
realizan movimientos obedeciendo una
orden superior, a un sentimiento puramente primitivo. El cerebro trata de
escapar a este sometimiento y confronta a l subconsciente, pero su presión es
más fuerte, la cordura es vencida; estoy a merced de esa energía.
Sin comprobarlo siento la asistencia de otras personas, se
que están cerca, presenciando lo mismo. Como si esto fuera un ejercicio ensayado nos arrodillamos en la arena, elevamos los
brazos, cantamos y gritamos con
todas nuestra s fuerzas formando un
coro, en una lengua que no conozco pero si la comprendo y solo una frase me lo
dice todo. Que lo he sabido desde siempre; por eso” EL” nos ha reunido.
-“Ce Acatl Topilzin Quetzalcóatl, ha
retornado”.